lunes, 29 de noviembre de 2010
domingo, 28 de noviembre de 2010
Sin título (Noche Estrellada)
Él, lunes de ocio, taciturno es: Noche Estrellada, mide el tiempo como jugueteo de una tortuosa y patética costumbre, lo ignora a sabiendas que el horizonte temporal yace sordo, impalpable y sereno en amaneceres que fueron Noche Estrellada.
Mi Noche Estrellada detalle único parido del tiempo, el cual nos desintegra en máscaras y facetas que en realidad fueron y nunca han sido. ¡Noche Estrellada!
De su interior un detalle emana como acto de representar el puerto donde todo es dos y dos siempre es uno; Noche Estrellada.
Una contracorriente procelosa y pasiva, notas que exaltan ironía ―así es: i-r-o-n-í-a surgida en un rincón de locura en ésta Noche Estrellada. Sobrelleva en su e s p a c i o miles de trazos vacíos.
Un “significado” absoluto atiborrado de:
Compasión,
Tradición,
Disolución,
Anhelo; e s p a c i o . (Punto)
Trazos inútiles-vacíos encaran y sucumben ante su inercial realidad, fracasan y ofuscados tienen una identidad; propósito. Cada momento de ésta Noche Estrellada está conformada por una constante simpatía por la melancolía, consecuencia y
Vacío.
Es por lo tanto una maraña de trazos
compartidos,
irónicos,
vacíos,
E
S
P
A
C
I
O
sos,
e inútiles
que logran su propósito: un
E
S
P
A
C
I
O
vacío que vació su esencia, constituida únicamente de
tiempo.
El elemento por excelencia que revela la Noche Estrellada de un lunes por la mañana.
El tiempo es siempre
desprendimiento y hoy,
yo,
desprendido.
Desprendo este desprendimiento materializado, grito en silencio, caótico y sin eco, rojo y negro, una estúpida pasión por la nada ―o todo― fondo de esta puta Noche Estrellada.
Es sábado por la noche,
cobijado en estrellas.
Es Noche Estrellada.
.
.
.
El Tiempo envejece, no yo (Noche Estrellada).