Quizá las palabras puedan presumirse insuficientes al
momento de describir mi experiencia en la empresa Nira México, desde su nacimiento
hasta su continua consolidación, desde los agitados días en la universidad en
que aquel proyecto estudiantil vio su origen, hasta el constante y perpetuo
aprendizaje que me deja el ser cofundador de dicha empresa.
Bajo una buena expectativa, la Nira ha logrado abrirse
camino con un estilo de trabajo que quizá muchas corporaciones contemporáneas calificarían
de arriesgado, pues como filosofía (más bien especulativa), creemos que nuestro
producto refleja directamente el sentimiento de las manos creadoras. Por ende, disfrutamos
nuestro trabajo libre de horarios, nuestras estancias son siempre amenas y las
jornadas son interminablemente buenas.
Las referencias numéricas, los
estándares, los sistemas memorizados de mejoras continuas utilizadas en oriente
son para nosotros palabras vacías y alejadas. Nuestro argumento en cambio, es más básico y alternativo, nuestra
empresa no ha sido engendrada bajo un manual, de hecho es un caos perfectamente
estructurado basado en un extraordinario entorno y equipo de trabajo, nuestro
objetivo es crear un estrecho lazo entre el cliente y la empresa que busca
representarlo, a él y/o sus ideales de un modo creativo, a través de una simpática
figura cerámica.
Más allá de la recompensa económica que pudiéramos obtener,
nuestra paga impalpable es el primer esbozo de sonrisa que nace de nuestros
clientes como reacción natural al ver su nuestro producto en sus manos.
Ahora, situados en ésta etapa es prescindible agradecer a todas las personas que han hecho de
éste proyecto una realidad: a quienes nos vieron nacer como trabajo escolar y en
su momento brindaron las herramientas necesarias para trascender desde el plano
escolar a uno empresarial. A nuestros amigos, siempre cercanos y empáticos, que
nos han dado momentos de inigualable alegría. Padres y familiares que apoyaron a
través de su atención, divulgación y más valorada aún… su confianza. También a
las personas y dependencias que aceleraron nuestro crecimiento en éste primer
año cumplido.
Pese a tener el medio, no me gustaría extender ésta muestra de agradecimiento
indefinidamente y distraer al respetable lector del argumento central; el
agradecimiento. Sin embargo, me gustaría retirarme no sin antes agradecer a ese
factor fundamental de la empresa Nira; el cliente. Personas que han confiado en
nuestra empresa y producto como un espacio de expresión y estándar de calidad, nos recuerdan que nuestro sistema de trabajo alternativo funciona, se adapta y
crece. A todos ustedes muchas gracias.