Al abandono de una familia ¿Cómo llamarlo? ¿Éxito? ¿Felicidad virtual?, resultará difícil encontrar respuesta con el remordimiento que esto incita, al marcharte lejos, lejos (valga la redundancia) de una disolución, lograste –irónicamente- una profunda unión entre todos y cada uno de los desertados, renunciaste a tu legado, anónimo, legado que no desconoce al autor, sin embargo, el autor mismo desconoció su legado, Dos generaciones colmadas de talento y valor humano, el cual me imagino solo conoces de un modo parcial. El reclamo y silencio tiene un rostro, soy yo, tu nieto (por fuerza y por sangre solamente), pues no existió un cariño alimentado todos estos años, desconozco quien eres, desconozco lo que haces, te desconozco a ti. Y si lo único que tienes para tu familia, para cada hijo o nieto del cual te privaste conocer, es la espalda, descuida daré la espalda a tu personaje, resulta contradictorio actuar del modo que critico y por encima de eso asco me provoca, no renuncio a verte como lo que verdaderamente eres, (el padre de mi madre), no renunciaré, pues sería continuar tu legado Nieves, mandando a la mierda al más precioso núcleo familiar.
Me retiro gritándote fuertemente al oído, a tus ojos ciegos, a tu espalda “No me interesa saber quién es mi abuelo, me interesa más saber quienes son sus hijos, sus nietos, su esposa auténtica y sin duda la mejor de dos”
1 comentario:
he aprendido que cada cosa pasa por algo, pero también que no hay que juzgar sin saber las dos partes de la historia :(. Es triste, lo entiendo, pero no puedes vivir reprochando del pasado (recuérdamelo pronto).
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